martes, 16 de abril de 2013

ANÁLISIS Y APORTES AL DECALOGO PARA EL USO DIDÁCTICO DE LAS TIC EN EL AULA


Opinión sobre el Decálogo


En la actualidad los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan al desafío de utilizar las tecnologías de la información y la comunicación para proveer a los estudiantes con las herramientas y conocimientos necesarios que se requieren en el siglo XXI.

De igual manera las TIC tienen una serie de ventajas para el alumnado evidentes como: la posibilidad de interacción que ofrecen, por lo que se pasa de una actitud pasiva por parte del educando  una actividad constante, a una búsqueda y replanteamiento continuo de contenidos y procedimientos, también aumentan la implicación del alumnado en sus tareas y desarrollan su iniciativa, ya que se ven obligados constantemente a tomar "pequeñas" decisiones, a filtrar información, a escoger y seleccionar.
Cabe destacar que el  grado de utilización de las TIC influye en el impacto que estas pueden generar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo cual sugiere o reclama un profesional altamente familiarizado con esta tecnología y que pueda brindar la asesoría necesaria y oportuna cuando así lo requiera el educando.
De tal modo que,  el uso de las TIC se hace cada vez más evidente, necesaria y competente como recurso didáctico, lo que hace que se genere la preocupación no solo de aplicarlas sino del cómo usarlas y lo más importante, cual es la adecuada para tal o determinada actividad. De acuerdo a la aparición de las TIC en los últimos años, se ha creado un sabor de insuficiencia por parte de muchos profesionales incluyendo a licenciados docentes, donde se evidencia su desconocimiento parcial o total sobre lo que se viene dilucidando en el campo informático, a esta realidad se suma la no capacitación académica profesional. Aunque existen los medios dentro de la institución para usar una gran variedad de recursos TIC, no todos se aventuran a usarlas por temor o desconocimiento, en consecuencia prefieren evitar su uso hasta que ellos no este técnicamente capaz de manejarlos.
Ya es hora de internalizar que estas innovaciones exigen del profesorado: PODER (capacidad, medios), SABER HACER (competencia) y QUERER (tener claro que merece la pena). Aunque se cuente con apoyos institucionales, infraestructuras bien mantenidas, recursos, formación y asesoramiento,  si el profesorado tiene una actitud hostil hacia las TIC, resultará imposible una adecuada integración de las mismas en el quehacer diario de los centros docentes. Y si las TIC no se aplican bien, se pierde la eficacia y eficiencia que pueden proporcionar.
Aunque la mayoría de los docentes tienen propensión a mantener sus pautas de actuación y adaptarlas a las nuevas circunstancias (más que a innovar), la motivación del profesorado y su actitud positiva hacia la innovación con las TIC aumentará a medida que aumente su formación instrumental-didáctica y descubra sencillos y eficaces modelos de utilización de las TIC que pueda reproducir sin dificultad en su contexto y le ayuden realmente en su labor docente (mejores aprendizajes de los estudiantes, reducción del tiempo y del esfuerzo necesario, satisfacción personal). Y esto es lo que hemos de propiciar en los próximos años. Al menos en una etapa inicial, las TIC suponen al profesorado esfuerzo y tiempo para aprender y luego cambiar las formas habituales de trabajar con los estudiantes. Y para que cualquier persona se ajuste a ello es necesario que “vea” (no basta con que te lo cuenten) las ventajas del cambio, se sienta capacitado para hacerlo y se sienta compensado por este tiempo y esfuerzo que debe invertir.
Cabe señalar que el Decálogo nos muestra el propósito que el docente  debe tomar en cuenta al hacer uso de las TIC en el aula de clase.
Siguiendo el mismo orden de ideas tenemos: que él debe conocer los contenidos del, uso de las TIC, los cuales va a impartir a sus estudiantes para impulsar este cambio hacia un nuevo paradigma educativo más personalizado y centrado en la actividad de los estudiantes.
Por otra parte se facilita el trabajo en grupo, ya que permite intercambiar ideas y cooperar para buscar la solución a un problema, compartir información y actuar en equipo, contribuyendo a evitar que los alumnos no se aburran y por supuesto en su uso en las aulas es un apoyo en el aprendizaje en las diferentes áreas académicas y como herramienta para que los estudiantes desarrollen habilidades y aprendan a utilizar el ordenador, internet, los buscadores y otras herramientas TIC que le permitan adquirir competencias TIC que serán importantes y validas en el futuro.
Cabe señalar que el docente debe obviar la improvisación en el aula de clases, por lo tanto deben apropiarse de las TIC para que así de esta manera puedan planificar coherentemente con los objetivos y contenidos en todos los niveles de educación básica y faciliten el proceso de enseñanza aprendizaje.

Aportes

Al Decálogo le contribuiría exclusivamente la formación permanente de los educadores en cuanto al uso educativo de las TIC en todos los niveles del Subsistema de Educación Básica Bolivariana, a fin de que los docentes desarrollen su planificación, evaluación y actividades didácticas considerando las TIC como una herramienta y medio de apoyo en los procesos de enseñanza aprendizaje a sus estudiantes, así como eje integrador para cada una de las áreas de aprendizaje. La clave del aprendizaje (apoyado en TIC o apoyado en otros recursos convencionales – libro, cuaderno) está en las actividades que realizan los estudiantes. Y más allá de los aprendizajes relacionados precisamente con “aprender sobre las TIC”. No obstante si organizamos actividades de aprendizaje con el apoyo de las TIC hay un doble valor añadido: por una parte los estudiantes adquieren competencias TIC y por otra se puede ofrecer un mayor abanico de actividades y recursos que permitirán atender mejor su diversidad (niveles, estilos cognitivos) y a menudo lograr que estén más motivados, participen más y desarrollen un trabajo grupal o individual pero con mayor autonomía.
Para que en la educación se puedan explotar los beneficios de las TIC en el proceso de aprendizaje, es esencial que tanto los futuros docentes como los docentes en actividad sepan utilizar estas herramientas y para poder lograr un serio avance es necesario equipar los espacios escolares con aparatos y auxiliares tecnológicos, como son televisores, videograbadoras, computadoras y conexión a la red. La adecuación de profesores, alumnos, padres de familia y de la sociedad en general a este fenómeno, implica un esfuerzo y un rompimiento de estructuras para adaptarse a una nueva forma de vida; así, la escuela se podría dedicar fundamentalmente a formar de manera integral a los individuos, mediante prácticas escolares acordes al desarrollo humano.

Mary Flor Aguilar
C.I. 15.667.742

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